La maestra solitaria
Por Félix Arredondo
Podría ser una especie de maldición gitana. Un embrujo, o un hechizo.
Lo cierto es que cuando se trata de votos o elecciones, la maestra Elba Esther se queda sola, pero sólo para comenzar a tejer, casi inmediatamente, una nueva alianza.
Si uno se atiene a lo que le ha sucedido a la lideresa magisterial en los últimos 10 años, cae en la cuenta de que, casi como una fatalidad, siempre le pasa lo mismo.
En marzo de 2002, Roberto Madrazo y la profesora Elba Esther Gordillo se unieron en una alianza para derrotar a Beatriz Paredes y así ganar la Presidencia del PRI.
Roberto sabía quién era Elba. Y Elba sabía quién era Roberto. Y precisamente porque se conocían tan bien, se aliaron.
La unión fructificó, y el binomio Madrazo-Elba Esther derrotó a Beatriz Paredes con un pequeñísimo margen de 1.62 por ciento.
Madrazo fue el presidente del PRI y Elba Esther se quedó con la Secretaría General.
Sin embargo, los problemas que separaron a la pareja empezaron en 2003, cuando La Maestra se enfrentó con Manlio Fabio Beltrones para controlar el Congreso de la Unión.
Y esta vez, aunque Elba Esther había empezado a fortalecer una nueva alianza con el presidente Vicente Fox para sacar adelante la reforma fiscal, se quedó sola otra vez.
Su salida fue todo un escándalo. Emilio Chuayffet prácticamente la echó de su oficina del Congreso y poco faltó para que le quitara su curul. Tiempo después, Elba Esther renunció al PRI.
Pero parece que La Maestra no puede estar sola mucho tiempo. Ella dice que para 2006, intentó aliarse con Andrés Manuel López Obrador, pero que el candidato del PRD la rechazó.
Y fue entonces cuando no le quedó más remedio que aliarse con Felipe Calderón.
Él sabía quién era ella, y porque lo sabía, no dudó ni un segundo en suscribir secretamente aquella nueva alianza. Aunque el presidente argumenta hoy que fue algo así como la Santa Alianza en pro de la educación.
La unión Gordillo-Calderón funcionó, y La Maestra retuvo para sí la Lotería Nacional que le había dado Vicente Fox. Y con el triunfo de Calderón, su situación mejoró.
La Maestra no sólo se ganó la Lotería, sino que también retuvo el ISSSTE. Además, logró que su yerno Fernando González fuera designado subsecretario en la Secretaría de Gobernación.
Y la inclusión de Roberto Campa –su candidato del Panal– en la Secretaría Técnica del Consejo de Seguridad fue un pilón.
Sin embargo, el tiempo pasó. Y, otra vez, la alianza se desmoronó.
Los que la conocían bien, porque la conocían bien, conspiraron contra ella. Y Elba Esther, aparentemente, se volvió a quedar sola.
Tan sola, que aunque no habló en su contra Miguel Ángel Yunes, el presidente Felipe Calderón aclaró:
"En ningún momento hubo carta de impunidad para nadie, ni para la maestra ni para nadie, (mucho menos) una licencia para saquear las arcas".
Sonó como amenaza. Sin embargo, la soledad de La Maestra no duró mucho tiempo.
El miércoles 13 de julio, el maestro Humberto Moreira, presidente nacional del PRI, ratificó que el tricolor se uniría con Nueva Alianza para el 2012.
Y lo peor. Este acuerdo también fue suscrito por el gobernador Enrique Peña Nieto cuando dijo: "Creo que estamos en oportunidad de construir una alianza con estos partidos a partir de que compartan la oferta que el partido estará teniendo".
Quizá por eso La Maestra se atrevió a decir el mismo día: "Los únicos que pueden jubilarme son los trabajadores de la educación y yo misma, por mi tiempo en el servicio".
Así que el que tenga oídos para oír, que oiga. Y el que tenga ojos para ver, que vea.
La Maestra siempre podrá estar sola, pero al mismo tiempo estará tejiendo una nueva alianza.
Fuente:
Felix Arredondo. “La maestra solitaria”. Reporte Índigo, núm. 237: Entre el perdón y el arrepentimiento, 15 de julio de 2011, pp.24-26, www.reporteindigo.com


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